“Debo
confesar que he vivido” dijo Neruda, no me acuerdo cuando.
Cuando
pienso en esa oración puedo detenerme en cada palabra. “Debo” igual a
obligación, compromiso, responsabilidad, contrato. Algo que necesariamente
tiene que darse por hecho, para dar una razón lógica a la explicación de lo que
viene a continuación. “Confesar”, decir la verdad, ser realista, ser honesto,
exponer la razón, esa razón que va a transmitir el concepto de que “he vivido”.
En pasado, ya “he” y ahora no. Es decir ya “he” hecho todo lo que tenía que
hacer por lo tanto no tengo por qué vivir más. Ya “he” dicho todo lo que tenía
que decir, lo que tenía que aprender, lo que tenía que enseñar, lo que tenía
que amar, lo que tenía que sentir y tener y hacer y sobre todo SER. Al haber “vivido”
puedo dar por terminada una etapa que me comprometí a cumplir y que ya no tiene
sentido seguirla viviendo.
Y ahí
pienso. Y ahí me detengo. Porque me quitó toda razón para justificar qué fue lo
que “he vivido”. Y surgen las preguntas ultra subjetivas (por no decir
existencialistas que ya ha perdido su deseo de existir), si lo que hice me
llenó las expectativas, si colmé mis conocimientos, si amé lo suficiente, si
sentí todo lo que podía sentir, si aprendí todo lo que necesitaba saber, si me
dieron todas las posibilidades para progresar y las satisfice, si descubrí cada
rincón de este mundo de ideologías, pensamientos, culturas, investigaciones,
razones, juicios, valores. ¿Habré llenado la lista de intereses y obligaciones
y habré marcado cada una de ellas como “realizadas”? ¿Cuál es el porcentaje
positivo de todo eso y de tanto más que no me cabe imaginar? A qué porcentaje
debo llegar para decir que “he vivido”. No bastan los años, eso es más que
tonto afirmar que una persona de 100 años vivió más que una de 25.
Yo tengo mi
respuesta. Sé lo que he vivido, lo que he aprendido, lo que he enseñado, lo que
he sentido y tanto más. Puedo decir con vehemencia que no puedo “confesar que
he vivido”. Entonces es hora de empezar a hacerlo, porque el fin de esta historia
no creo que sea consciente de poder determinar si “he vivido” o no para dar por
concluida la vida misma.
Comentarios
Publicar un comentario